
Actualizado el lunes, 9 diciembre, 2019
Consejos para comer bien en Milán
El que ya haya disfrutado de una buena pizza, un plato de pasta o probado un helado en Italia, misión fácil de cumplir, debe aprovechar este viaje a la región de Lombardía para conocer otros platos típicos e igualmente deliciosos como el Risotto.
Aunque este plato se haya generalizado en todo el país y haya traspasado sus fronteras, es en Milán donde ve la luz. Hay muchas variedades de ingredientes que acompañan este arroz pero el azafrán es el distintivo de esta ciudad.
El risotto allo zaferano se prepara además con mantequilla, caldo, cebolla y un poco de vino blanco. El azafrán puede transportarnos hacia el sabor de la paella y es curioso ver las diferencias entre estos platos análogos.
Un buen lugar para degustarlo es el restaurante Maruzzella en la Piazza Oberdan, 3 (metro Porta Venezia, M1). Un restaurante donde no van solo los turistas. La razón es que ofrece platos tradicionales a muy buen precio y excelentes pizzas. Siempre está lleno por este motivo, así que conviene reservar.
Otros platos típicos milaneses y ahora internacionales son: la Cotoletta alla milanesa, un filete de ternera empanado acompañado de ensalada, verduras o patatas fritas; o como postre el Panettone, una especie de bizcocho muy alto con pasas y fruta confitada, que no puede faltar en una mesa italiana en Navidad.
La polenta, hecha con harina de maíz, es también característica. Un plato al que hay que dedicarle muchas horas, ya que debe cocer durante mucho tiempo. Normalmente va acompañada de una salsa.
Para degustar la alta cocina milanesa conviene ir a Don Carlos, un restaurante con tendencias a la cocina moderna y una estrella Michelín. Un lugar elegante que cuida todos los detalles. Se encuentra en Via manzoni, 29 (metro Montenapoleone M3).
Milán es una ciudad cara pero pueden encontrarse menús asequibles por el barrio de Brera a la hora de comer (de 13h a 15h). Estos menús comprenden un primero, un segundo y postre o café, bebida incluida, por unos 10 euros. Uno de ellos es el Ristorante al Pozzo en Via San Carpoforo, 7.
Pero a medio día hay opciones más rápidas y baratas. Como es típico en todo el país, hay numerosos locales que ofrecen pizza al trancio (un trozo de pizza) o panini (bocadillos), en casi cualquier momento del día. Es la opción más recurrente para el trabajador que hace la pausa pranzo.
Como en toda ciudad europea también es popular la comida internacional. Hay puestos de kebabs y restaurantes de comida rápida. El chino ha ganado territorio en este caso. En la calle Paolo Sarpi, 11 (metro Moscova o Garibaldi, M2) está Jubin, la cocina asiática más afamada de Milán, y a buen precio.
Para los que añoren España está la Maison Spagna (Via Montegani, 68 – Metro Abbiategrasso M2). Tampoco está de más ver cómo se cocinan nuestros platos en otros países. Es un lugar muy conocido por los eventos que organiza.
En cuanto a vinos lombardos, los más valorados son el Franciacorta y el Valtinella. Pero en La Cantina Isola (via Paolo Sarpi, 30), una preciosa enoteca, sus empleados sabrán aconsejarte perfectamente. Un buen lugar para pasar la hora del aperitivo.
El barrio de Navigli es el más popular para hacer el aperitivo milanés (de 18 a 22h aproximadamente). Se sirve una abundante cantidad de comida que uno coge libremente. Los precios varían de 6 a 10 euros por cóctel e incluye este particular ‘picoteo’: pizza, pasta, verduras, ensaladas, arroz, carne, pescado y postres.
Un lugar especial para hacerlo es el Roialto en Via Piero Della Francesca, 55, cerca del Arco della Pace. Tienen un abundante buffet y una bonita decoración. Han transformado un antiguo mercado en un local de óptimo diseño.
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