
Actualizado el lunes, 16 diciembre, 2019
La Cena y San Ambrosio
Tras el enorme éxito del best seller ‘El Código Da Vinci’ se ha multiplicado el número de curiosos que viajan a Milán para ver ‘La Ultima Cena’. Muy cerca, también está la Basilica de Sant’Ambrogio, importante para los milanes e indispensable visita para los turistas.
La Última Cena de Leonardo Da Vinci
Milán tiene la suerte de poseer uno de los cuadros más conocidos y reproducidos en el mundo entero. Sus fanáticos han crecido con la fama del libro de Dan Brown y su teoría sobre los códigos que ocultan las tablas. Una historia llena de misterio.
La ausencia del cáliz, San Juan como María Magdalena y los rasgos amenazantes de Pedro, son algunos de los detalles que atraen a los visitantes a pesar de que la obra se encuentre bastante deteriorada.
Esta mala conservación se debe a su historia. Ha pasado por guerras e inundaciones. Pero también debido a la técnica que usó su pintor. Leonardo Da Vinci aplicó temple y óleo directamente sobre el yeso.
Para facilitar su mantenimiento, la entrada se limita a grupos de 25 personas que pueden admirar el cuadro durante tan solo 15 minutos. Se recomienda reservar la entrada para ver la Ultima Cena con antelación para asegurarse la visita.
El gran mural de 460 centímetros de alto por 880 de alto fue un encargo del duque de Milán Ludovico Sforza. La obra se realizó entre 1495 y 1497. L’Ultima Cena o Il Cenacolo está en el refectorio del convento de la iglesia Santa Maria delle Grazie. Una bonita iglesia de estilo gótico en su interior y colores en sus cúpulas con influencias renacentistas. El exterior deja ver el estilo románico de su fachada.
La iglesia está situada al oeste de la ciudad, se llega con la línea de metro roja (M1) a la parada Conciliazione. También con el tram 16 o 18 y los buses 50 o 58.
A pocos metros el visitante se traslada del siglo XV a XX. La obra Aguja, Hilo y Nudo representa fielmente a su nombre a gran escala. Los hilos de colores son las tres líneas de metro. El artista sueco Claes Oldenburg homenajea así a la capital de la moda.
Basilica de Sant’Ambrogio
A unos 20 minutos caminando desde Santa Maria delle Grazie se halla la iglesia de San Ambrosio, patrón de la ciudad de Milán. La iglesia se construyó bajo la orden del obispo tan querido en el siglo IV.
Su exterior de ladrillos y yeso anuncian el estilo románico de la basílica. Dedicada a los mártires, su cripta guarda los restos de San Ambrogio, San Gervaso y San Protaso en un sarcófago de estructura de mármol y que protege los cuerpos con un cristal.
Cuenta con dos campanarios situados a la izquierda y a la derecha de la basílica. Aunque fueron construidos más adelante, respetan la armonía del edificio utilizando los mismos materiales iniciales.
En su patio se celebraba el mercadillo característico de la festividad de San Ambrogio, el 7 de diciembre. Ahora se ha trasladado a otros puntos de la ciudad debido a diferentes remodelaciones que están teniendo lugar en la plaza colindante.
Detrás de la Iglesia de San Ambrosio se encuentra la Universidad Católica de Milán. Se trata de uno de los centros de educación superior más importantes de Italia. Además de encontrarse de en un simbólico edifico con hermosos patios y jardines.
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